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Asombrada por vivir sólo una historia, decidí probarlas todas, una a una. También escribo y dibujo.

lunes, 30 de junio de 2014

Proyecto 10 Negritos: El General MacArthur

(Este post forma parte de una serie de comentarios sobre las ilustraciones que he realizado para el juego 10 Negritos, de la editorial Peká , en la que intento hablar un poco sobre los personajes SIN realizar spoilers de la novela de Agatha Christie. Y deberíais valorarlo, porque no es tan fácil como parece)


En casi todas las adaptaciones al cine, el General John MacArthur tiene cara de antipático, quizá porque suelen centrarse más en la atracción entre los personajes de Vera y el aventurero Philip, para desventaja de los otros personajes. Sin embargo, el general tiene un trasfondo romántico y, al menos en apariencia, cierta nobleza de carácter. Por eso, y porque tenía completa libertad para hacer mi propio casting, basé su retrato en un David Niven mayorcito.

A John MacArthur, que un día fue bastante feliz, le queda muy poco que perder.  Tuvo una esposa a la que adoraba y que pensaba que le correspondía, una sólida carrera militar y el respeto de sus amigos. Pero, durante la Gran Guerra, por una de esas confusiones de vodebil -una carta en el sobre equivocado- se entera de que su mujer le es infiel con uno de los hombres a su cargo ¿Qué hacer...?

Nunca se presentaron cargos contra él por lo que pudo haber sido una mala decisión de mando que acabó con la muerte de un soldado, pero siempre quedan los rumores, la sospecha... Leslie murió poco después, por causas naturales, sin llegar a saber que él lo sabía. Y, desde entonces, se fue quedando solo, con sus remordimientos y su añoranza.

Hoja de personaje

Y, sin embargo, el general MacArthur desprecia la injusticia y a los criminales....como él.

 


(Si quieres saber más de los otros personajes,  he hablado también de William Blore, de la Isla, del Doctor Armstrong, y del millonario Tony Marston).










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jueves, 19 de junio de 2014

Steampunk: la arqueóloga y la Caja de Oro


"- ¿Qué harías si encontrases una caja que pudiese contener cualquier cosa que desearas? Verás, hace mucho, mucho tiempo existió un rey tremendamente poderoso. Algunos decían que era mago, otros que era un dios, y otros que no era humano ni divino, sino otra cosa. Gobernaba desde su propia capital, construida a su capricho y nadie podía oponerse a sus deseos. Las historias cuentan que guardaba el secreto de su grandeza en una caja de oro y que se obsesionó, cada vez más, con mantenerlo a salvo. Convirtió la ciudad en un laberinto, el palacio en una trampa y la caja, en un conjunto de sellos y salvaguardas que sólo él pudiera conocer. Y así se fue consumiendo, y con él su poder y su fama. Cuando murió la ciudad quedó maldita y, poco a poco, fue olvidada.

- Pero eso es sólo una leyenda ¿No?

- Por supuesto - respondió la Dra Ayrton, con una sonrisa - pero también es mi forma de convencerle de que me ceda la cuarta y última llave. Sé que la tiene usted..."


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domingo, 8 de junio de 2014

Cuando éramos niños

Hace poco, buscando en mis cuadernos más antiguos, me encontré estos dibujos. Me trajeron buenos recuerdos, y más ahora que empieza el verano. No sé si es fácil de ver para alguien más, pero yo les noto influencias de Corto Maltes y de It (dos lecturas, por cierto, que recomiendo para estos meses).


Con los años -es decir, aproximadamente a  mitad del siglo XX- estos niños crecerán para convertirse en el capitán de un barco contrabandista, en un hombre de negocios rico, con ambiciones políticas, la madame de un burdel caribeño, con numerosos contactos, un mafioso arrepentido que intenta escapar de las decisiones que ha tomado, una poderosa sacerdotisa vudú y una aventurera rubia, de rasgos gatunos, llamada Sola. ¿Podéis reconocer quién será quien?


Sin embargo, por el momento siguen siendo niños, se conocieron hace poco y, a pesar de ser muy diferentes, están encantados de tener todo el verano (y la vida) por delante, y libertad para explorar, para jugar, parar ir a donde quieran (hasta hora de la cena, más o menos) y para no crecer nunca, jamás.


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